20.11.11

Insomnio/Amnesia

Un día te tumbas en tu cama, cae la noche con un programa aburrido que habla sobre la copula entre ailoropodas melanoleucas... Vamos, putos osos panda. Un panda es ruidoso mientras se zumba a una panda... Te recuerda tanto al porno. ¿Habrá porno con osos panda? Lo hay con perros y caballos, seguro que algún degenerado se ha grabado metiendo su diminuto pene en un oso panda. Seguro.
Y con cada tic se cierra un poco más el ojo izquierdo y con cada tac, el derecho. Y en la pantalla sigue un tipo con pinta de entendido haciendo gestos exagerados mientras explica como el señor panda penetra salvajemente durante treinta segundos a la fogosa señora panda. Ahora más que osos panda eres un jodido koala.

Un golpe en el brazo te despierta. Casi en shock abres los ojos, llenos de ojeras y amoratados. Tu cara es pálida  casi más que la del muerto que están enterrando. Si estabas en tu maravillosa cama de mil euros ¿Que cojones haces en un entierro?
'Pobrecito' pasa por tu cabeza. Pobre desgraciado que no recuerdas ni quien es ni porque mierdas estás en un cementerio, con el mal rollo que te dan. Demasiado George A. Romero y lo sabes. Empieza a temblar el suelo, el ataúd que guarda a tu querido 'nosequien' emite un ruido aterrador y se abre de manera tan violenta que las bisagras se destrozan. Todos gritan, todos huyen... ¡Han vuelto! ¿Y tú? Tú estás contento porque eso significa el fin del mundo. Adios trabajo, adios ex-novia amargada, adios amigos cabrones, adios deudas, y lo mejor, adios mundo cruel.

Esa frase está demasiado usada.

Un pitido clinico te vuelve a abrir los ojos, sala blanca, con cama blanca, sabanas blancas, cortinas blancas, sofás blancos, chismes que pitan blancos. Todo apunta a un hospital, y has sido maravillosamente operado. Ahora como Bob en el Club de la Lucha te has quedado sin las joyas de la corona. Cancer de testículos. Ahora no tienes fisicamente algo que, hace ya décadas, perdiste metaforicamente.
Ni tu gorda mujer fumadora compulsiva está en tu sala, está afuera fumándose otras dos cajas de rubios que la derivarán, tarde o temprano en cancer, no de testículos, obviamente.
Y tú en tu habitación compartida, rodeado de hipócritas que ves todas las semanas y tú con tu estúpido optimismo. No eres el puto Farinelli, tu ni huevos, ni dinero. Y por cierto, de tu magnifica cama de mil euros, ni una astilla.

El sonido de un camarero torpe que se tropieza y el energico grito de una multimillonaria mientras se le mancha el vestido con un James Berry Vineyard Paso Robles del 2007 que iba rumbo a tu mesa. Un vino que su botella cuesta mas que el vestido de esa. Un jodido gasto de dinero porque a ti te sabe exactamente igual que el vino de brick que bebes en fiestas y que mezclas con cocacola, pero las apariencias son las apariencia, no ibas a pillar un Don Simon de euro el litro. Rubia, ojos azules, pechos descomunales plastificados y euforica por que un lapsus ha hecho que su precioso Ali Hirminid, o algo así, no alcanzas a escuchar, se haya manchado con un vino mas caro que el fabuloso Ali comosea. Y no, no se ha manchado con un plato de percebes que chupaba ansiosa en la mesa de al lado, a más de dos metros,  pero si con el puto vino que ibas a tragarte. Rascandote cabizbajo buscas una solución mientras el Cthulu grita al pobre camarero que mearia en tu sopa si no fuera por tu aspecto, lo sabes de sobra por que le has visto hacerselo a otros,  si pudieras verte la cara que el teme seguro que tendría un tono amarillo leproso que tira para atrás. Tu aspecto y tus propinas. Pero obvias, sonríes, te acercas a la del vestido y susurras: “¿Sabes que el percebe tiene un pene veinte veces más grande que su cuerpo?“

Y ya la cama te la sopla.

No hay comentarios:

Publicar un comentario