30.3.12

Ángel artificial, duende espacial

Es un día soleado en mi nube, voy flotando entre vientos que me llevan donde ellos quieren. Soy despreocupado, no necesito preocuparme de las cosas de mi cabeza, no puedo perder. Quemé tus recuerdos aquel día y robé una nube del cielo solo para mi. Quizás ahora ande un poco loco, hablando solo, cantando solo, mirando solo una nube. Te dejé mi foto en tu cajón, en ese cajón en el que guardabas toda tu ropa.
Esta vez me fui yo y me acuerdo de tus caricias pero puedo con ello, yo en mi nube estoy bien. Y muchos intentan robarmela y muchos intentan timarme, creen que porque vivo en las nubes soy un idiota. Tal vez no se equivoquen. ¿Donde estoy?
Siento vacio, angustia y tristeza cada vez que veo un tejado rojo. Rojo como esos pantalones que siempre usabas, como ese pintalabios que me dejaban marcas en el moflete. Odio el rojo y odio el recuerdo que me recorre todas las partes de mi cuerpo que me hace preguntarme ¿Que soy yo sin ti? ¿Que es la vida sin una caricia tuya?

Huir a los cielos, creerme un ángel, tropezar y caer.
Y mi último pensamiento fuiste tú. Y mi última sonrisa fue por ti.

5.3.12

Mi reino sin luz

Toda la oscuridad en la que me he hundido, en la desesperanza de lo que he perdido. Soy yo frente a un charco, soy yo esperando al fin del mundo en una vieja butaca, en un descampado sin luz. Mi espada se quebró luchando a tu lado, espalda contra espalda, pintando nuestro futuro a base de poesia y prosa enlazada con sutiles carcajadas.
Podriamos haber vencido contra nuestros demonios, matar a nuestros angeles y asesinar a nuestra humanidad una vez más... Somo el apocalipsis, somos dioses olvidados, somos los verdaderos amos de esas miserables vidas que nosotros habiamos escrito. Sin nosotros ellos no serian nada.
Pero quien diria que tu tambien te irias, poeta de nadie, poeta sin nombre.

Solo en toda esta oscuridad. Mi única razón de vivir es la muerte. Mi única razón de morir es vivir. Los trozos quebrados de esta espada. La muerte no es la solución y mil demonios me rodean, otros mil angeles oscurecen mis cielos. Mi sonrisa se escapa de pánico y levantandome del suelo, destrozando mi reflejo con una pisada. Hoy no muero yo, hoy mueren ellos. Este no es mi fin.