15.9.11

Mis ángeles descienden para morir

Mirarse las manos y tenerlas llenas de sangre no augura un buen final. No se de donde salió ni a quien despelleje para encontrarme en una situación tan escabrosa. Corrí por los cerros en la noche clara vestida de sangre, huyendo de sombras grises que se acercan a pasos agigantados a por mi, que me gritan, que me odian.

Agotado perdi la salida y encontré el cuerpo, destripado, lleno de todo tipo de insectos necrófagos. Miro mis manos, las apoyo en mi estomago y al mirar veo que perdí mis entrañas por el camino, que la locura me mato, que la cordura se quedo mirando y desemboco en un suicidio prematuro.

No hay comentarios:

Publicar un comentario