3.7.11

Cuando el Sol se eclipsa para amanecer

Cuando apagas las luces de tu alcoba y olvidas que mi corazón es tuyo y que no hay nada más que hablar, me matas. Matas a un muerto, matas el olor a jazmín y lavanda que guardo en un bote, ese bote. Y antes de que te des cuenta que el mio no es nada, que huele a miseria y barra del bar, y muy poco más, lo camuflaré con el olor de tu cuerpo, con el rápido respirar al besar tu cuello, con los corazones oscuros escritos en tinta invisible y con las palabras de un necio que no sabe que decir.

Que si miro fuerte al sol me quemo y si miro a la luna me caigo. Mis besos en una caja junto al corazón marchito de un navegante de sueño, de un misionero al fondo del mar... Mis zapatos son cemento, mi mirada triste y mi sonrisa gris... Mañana muero.

Y en la cama junto a ti, y tus labios en los míos, y el olor a hormonas que cierra el ambiente. Y ese maldito muñeco con reloj, que cuenta cada segundo juntos, que observa distante como nuestros cuerpos se entrelazan en una espiral incandescente. Es mi cuerpo un horno, es el tuyo el infierno... El infierno más bonito en el que he estado, en el que si Dante Alighieri hubiera caído no se hubiera ido, se hubiera escondido en uno de tus rincones para disfrutar. Y si miro tus ojos veo la enana irregular de sagitario, y me ahogo en el vació del espacio. Pero cada vez que escribo una palabra tuya huyes, y me dejas aquí perdido, en un mar de palabras sin sentido de un loco, enamorado perdido.

Nave V-983 desde NGC 4214 a base: No hay combustible... Protocolo activado... Adiós.

No hay comentarios:

Publicar un comentario