13.5.11

Aguaceros Malolientes en el Desamparo

Oigo disparos y no de noche. Caen susurros a voces y me dices entre palmeras que nunca fuiste un vendido. Que dejaste tu vida a un lado por hacer lo común y nos abandonaste por que las melodías de un fugitivo en re menor te hicieron corren con las mariposas.

Jamás pensé que tú te irías, siempre creí que sería yo el que huiría de este mundo, desolado, amargado, con cicatrices de tantos pensamientos que se clavan como espadas, que de los dolores vividos ninguno he sentido como el de tus miradas. Ahora, tú, yo no, tocas en una colina, silbándole a la luna melodías y heroína, que por eso te convirtieron en lo que eres. La música no cura nada, solo lo hace llevadero y de drogas hasta las cejas, solo olvidas tu nombre y tu fecha.

Entraste en el juego y ahora como dos posesos fumamos hasta que no haya mañana y nos comemos las migajas que quedaron de nuestros cerebros. Y mi pala sigue cavando tu agujero, por que día a día nos matamos y cuando nos alcemos en la luna llena caeremos rodando por la colina de escoria que creamos con nuestras mentiras… Me apetece una manzana de tu huerto prohibido.

Saxo y un suave charles en la lejanía.

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