15.5.11

Elegía a un Yo Muerto

Y por fin has dado el último paso, ahora estas en una caja de contrachapado a punto de ser incinerado. Te has convertido en un cigarrillo más, ahora serás tú el que acabe siendo ceniza. No sé qué decirte, somos la misma persona, más o menos, las lagrimas se me desbordan de los ojos por verme a mí mismo muerto, frio, maquillado para parecer real.

Cogí tu mechero y queme el aire, queme el cielo y queme la dicha, pero no conseguí nada, ninguna respuesta… Era esa mirada tuya, esa chispa de tus ojos que llamaba la atención a la gente, tú y tu puta manía de llamar la atención. Nunca me caíste bien, es más llegue a odiarte, pero ya estás muerto, no se puede odiar alguien muerto, no hace daño, solo ocupa un hoyo en el suelo, o ni eso, por que a ti te van a dar libertad, vas a formar parte del aire… Nadie quiere tener tus cenizas cerca. Si me miro te veo y me fumo la última colilla de tu vida.

Fuiste… Así resumiría tu vida, después de tantas drogas y tantas cenizas en el cenicero, cuelgas tu vida para darle una última calada, no te imagino como un angelito, un angelito fumador, una visión curiosa. Bueno, empieza a entrar gente, sabes que odio que me vean ¿Qué? ¿Un último cigarro? Claro compañero, aquí tienes. ¡Ah! Me di cuenta tarde de que lo único que arde son nuestros propios cuerpos.

“Yo nunca te odié, así que nos vemos en otra vida”

No hay comentarios:

Publicar un comentario